lunes, 10 de enero de 2011

Fomentando la caries...


Ayer terminé mi repartición de obsequios navideños. Como es costumbre, cada año acostumbramos a adornar la casa con dulces para no tener que estar guardando los arreglos cada año y acumular polvo.

A decir verdad, no se de quien fue la genial idea de adornar con dulces... siendo honesta, supongo que mía. Aunque suena como algo bueno (y en verdad lo es), debo decir que por culpa de esas navidades con dulces, me he ganado la reputación de proveedora de delicias entre mis sobrinos y es por eso que hasta mis padres (aquí entre nos) me han de ver como la versión femenina de Willie Wonka ¬¬

Esta idea les vino en la primera navidad que al quitar los adornos, hicimos bolsitas con los dulces y comenzamos a repartirlos entre los pequeños de la familia. Ahora es común que cuando llega alguna visita con niños a casa, me pidan que les obsequie dulces... ¡Ajá! ¿y de dónde los voy a sacar si llegan a visitarnos en pleno verano?!!!

Es por eso que previniendo posibles pedidos a futuro, en estas fiestas junté un gran arsenal de dulces capaz de poner de cabeza al más arduo dentista. Así que para prevenir la caries, el aumento en los niveles de glucosa de mi familia, y ataques de ansiedad; ya ubiqué algunos escondites para evitar hurtos y cual ardilla que guarda sus nueces, he ocultado algunos dulces como reserva para obsequios repentinos.

Saludos,
"Wihelmina Wonka"