miércoles, 19 de mayo de 2010

Sobre ruedas

Hace poco más de un mes, por alguna razón que aún no logro a comprender, adquirí una bicicleta. Fue uno de esos momentos en que la lista de prioridades, si es que la hay, pasa a segundo o quincuagésimo término (da igual, el caso es que ni la pelas) y te decides rápido y sin chistar por ese objeto que acabas de ver y piensas "lo quiero". En fin que una vez instalada la bici en el carro de mi papá volteo a verla sonriente y al segundo pienso: -Oh no, ya no hay marcha atrás... Pero algo bueno habré de sacar de esto.
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Ahora les puedo decir que es cierto lo de "andar en bici nunca se olvida". A pesar de eso, no la tuve tan fácil pues al principio me costó mantener el equilibrio y aún me es difícil dar las vueltas y no caerme en el camino de terracería que suelo recorrer (por eso de la ausencia de carros, aunque no de perros, para colmo de dos patas ¬¬) pero con el tiempo será más sencillo.
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Aún no me he vuelto loca como para pretender ir a todos lados en bicicleta; a decir verdad no la he sacado mucho pues en primera, ya tenía varios años de no usar una y no creo que llegue muy lejos y en segunda el safari automovilístico por estos lares y en general en este país está bien bravo y da miedo. Eso sí, no me daré por vencida y algún día (espero sea en esta vida) haré un recorrido largo; incluso tal vez conozca gente que ande en bici y decidamos hacer recorridos seguros para ciclistas.
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Espero con ansías el día en que las autoridades decidan pintar una raya que delimite una ciclovía... ¿Es mucho pedir? tal vez no en Yukinolandia, pero algún día...
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Saludos peatoniles,
Yukino.
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P.s. Imagen tomada de http://www.copenhagencyclechic.com/ chéquenlo, está genial. La utopía de los ciclistas.

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