miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cambios 1

Por ahí dicen que después de la tormenta, viene la calma. Por lo pronto en mi casa, aunque no hay tormenta, la calma está a un paso de llegar, retrasada sólo un turno por culpa de las eventualidades que traen consigo las lluvias. Para empezar, descubrimos que hay filtración en una de las paredes del estudio, por lo que tuvimos que remover algunos de nuestros queridos libros (por si acaso) y archiveros de cartón repletos de infinidad de cosas; desde cuadernos de mis pasos por la secundaria y la prepa, carpetas de argollas de mis semestres en la unversidad, hasta revistas de mil temas y de paso, mis queridos cómics y mangas ("comic japonés") de mi época friki; de ésta algo me queda aún, pero ya no suelo reflejarlo en acumular objetos "coleccionables" y muy de vez en cuando, me detengo a ver algún ánime que en otros tiempos me tenía en suspenso.
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A la vista de tantos tesoros y chucherías en papel, recordé varias etapas de mi vida, y cuánto me reí por algunas bromas y ocurrencias de mi adolescencia. Aunque soy joven (en tesis) y espero serlo por mucho tiempo, no pude evitar sentir cierta nostalgia por años pasados. Cuando llenar el álbum de estampas de sailor moon era mi vicio en primero de secundaria, mientras me daba de topes con las ecuaciones y más tarde dirigí unos cuantos insultos al condenado "álgebra de baldor"; pero qué elogios me gané en mis clases de literatura, historia y demás ciencias sociales... ¡Ah dichoso bubaloo de fresa! que endulzó mis ratos más amargos y cuántas plumas de colores alegraron mis libretas y cartitas.
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En fin que muchas de esas cosas, ya las separé concienzudamente para que el recolector de basura haga buen uso de ese papel. Y en cuanto a las hojas limpias de mis libretas, pienso obtener algunas libretitas monas para obsequiar después.
Eso del reciclaje y la reutilización no deberían ser una moda u otra opción, sino una obligación, cuando menos moral. Por lo pronto, otra gran cantidad de papel será destinado a cierto amigo artista cuya alegría se ha hecho más grande, pues su querida y verde iguana perdida (ejem, extraviada quiero decir) regresó a su antiguo hogar.
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¡Qué buen final! ¿no les parece?
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Saludos,
Yukino.
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5 comentarios:

  1. Yuuum se me antojo el bulalo de fresa!!
    Que chido es hacer esos recorridos por el callejon de los recuerdos.. mas los que faltan por acumularse!

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  2. hoy es un dia bien lluvioso y leerte con esa nostalgia que te acompaño al escribir fue casi vivirla.

    que te digo nena?. el tiempo pasa rapido y en un parpadeo volteas y has dejado un montonal de cosas bonitas y no tanto pero que te hacen ser quien eres hoy.

    Que bonito post!.

    tambien se me antojo el bubaloo!!!!

    un besito

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  3. Huy el paseo por el rincón de los recuerdos es algo magico, pareciera que nos transportaramos y volvieran en un santiamen todos esos bellos momentos....que padre que hayas recordado esa bella etapa de tu vida.

    Y en efecto el reciclaje no debiera ser moda, si no toda una obligación.

    saludos

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  4. El álgebra de Baldor... ahh aquellos tiempos, pasé algunas vacaciones pasando algunas aventuras de 12 a 1 de la tarde con ese libro.

    :D Que bueno que escombraste,luego se encuentra cada tesorito, y pues muchísimo mejor si todavía hay quien pueda darle uso.

    Saludos

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  5. Totalmente de acuerdo contigo, tanto desperdicio que hay en el mundo, debemos tener la obligación de reciclar!!!

    Bubalooo jajajajaja perdón pero también extraño el relleno de fresa, que duraba unos minutos el sabor, pero era la neta!!!

    Saludos!!

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