lunes, 13 de julio de 2009

Peatón a cuatro patas

En esta ocasión (que no a falta de temas para comentar) les presento a "Baguette", el perro que vive en la privada donde se encuentra mi casita. Lo llamamos con ese nombre porque fue el primer alimento que le dimos cuando recién nos mudamos a esta tierra de nadie (de verdad, vivo casi en la nada) y él era de los pocos residentes que habitaba el complejo de casas vacías.
Al día siguiente de la mudanza, llegó a nuestra puerta a hacernos una visita; se quedó parado en medio del patio delantero y nos miró con sus ojotes negros y meneando la cola, olfateando a su alrededor tratando de memorizar a los recién llegados; yo creo que lo que olió le agradó porque 5 años después, Baguette sigue aquí y para nuestro gusto, es nuestro amigo, que no nuestro perro; porque si algo hay de cierto es que Baguette no es perro (y menos gato) de nadie.
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No sabemos de dónde llegó Baguette ni tampoco su nombre real (algunos menos creativos lo llaman "blanco" ó Fido) o su edad (jovenzuelo ya no es), pero no lo objetamos, nos agrada. Sospechamos que huyó de sus antiguos dueños (de alguna casita metida entre los campos) pues tiene huellas de maltrato que se pueden ver en sus muchos temores (al agua o a las varitas). por eso acariciarlo es una proeza.
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Lo pata de perro lo tiene en su genética y es motivo de sus desapariciones por varios días para incursionar en amores perrunos, muestra de ello son la gran cantidad de "heridas de guerra" que trae de regreso; pero ahora sólo sale a menudo y regresa pronto a casa para echarse en algún lugar soleado (el paso de los años ya se le notan), vigilar su territorio y de paso venir a la puerta de mi casa (o de la vecina) para pedir su ración de alimento y si está de humor, jugar un rato con nosotros.
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Esperamos que nos queden más años de Baguette pues lo que sí está claro es que más que un guardián o un perro ornamental, este cuadrúpedo peatón es un gran amigo.

3 comentarios:

  1. Luego esos callejeros son los que quiere uno mas.. no? yo tengo a un pascual que tambien le tiene miedo a la escoba, yo no se si alguna dia alguna señora de las que nos ayudan, le habra dado un escobazo.. estamos dandole terapia para que lo supere.. je

    saludos y gracias por seguir!!

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  2. Hola Arte,
    Bienvenida y gracias por leerme. Coincido contigo, una llega a encariñarse con estos chuchos repentinos tanto como los propios. Esperemos que cada vez veamos memos en las calles y más en casas pero bien cuidados.
    Saludos a todos y todas.

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  3. Yo confieso, que hasta hace 6 meses no me gustaban los perros. En primera porque me mordieron en dos ocasiones los tobillos y en segunda porque se me hacían sucios y llenos de pulgas. =/

    Pero a partir de que Yako, mi mastín napolitano, llegó a casa, la cosa ha cambiado muchsisisisimo, esa mala idea de los perros la he enterrado y ahora los quiero demasiado.

    Al ver un perro en la calle me entristece pensar que no tiene un hogar, que no come a sus horas, que se moja con la lluvia, que no hay quien lo cuide y lo cobije. =( He cambiado mucho mi manera de pensar. Son adorables.

    Y sí, muchas veces los perros callejeros son los más agradecidos de este mundo.

    Cuida mucho a baguette, su etapa adulta. Son unos amores.

    Saludos.

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